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Desde un tiempo a esta parte las banderas nacionales y departamentales han sido convertidas en escudos para consigas políticas, quedo en el recuerdo el respeto hacia estos sagrados simbolos patrios.
El irrespeto viene de diferentes corrientes políticas, pero del lado que se percibe utiliza este símbolo patrio con mayor estrategia y le funciona de manera muy productiva, es el sector de oposición al gobierno nacional e identificado como “comité cívico” de Tarija. Este sector de oposición ha construido un discurso de cierto “patriotismo regional” donde el concepto del Tarijeñismo ha calado hondo en la mayoría de los ciudadanos de la ciudad capital, y un símbolo patrio como nuestra bandera fue convertida en bandera de guerra política.
Se la amarra para bloquear las calles, se la utiliza como capas al estilo Superman y funciona a la perfección como argumento de descredito a los defensores oficialistas cuando estos intentan retirar una bandera de alguna calle bloqueada o es pisada o ultrajada en los forcejeos entre fanáticos políticos que se enfrentan en las calles por defender sus consignas partidarias.
Lo lamentable de este aspecto más allá de las consignas políticas, es ver como la bandera de Tarija se la expone a propósito esperando sea ultrajada y tener el pretexto ideal para lograr enardecer al resto de la gente, lograr más apoyo y beneficio político. Seria importante que se normara el uso de estos símbolos patrios y se prohibiera que una bandera con un tan alto significado, sea amarrada a un árbol y tratada como cualquier trapo viejo.
