El pliego de peticiones que plantea el Magisterio Urbano de Bolivia contempla cinco puntos, de los cuales apenas uno hace referencia a la nueva malla curricular, los otros cuatro puntos están enfocados en reivindicaciones de su sector, peticiones justas por supuesto y demandas legítimas. Sin embargo, de manera astuta y estratégica los dirigentes del sector utilizan la temática de la malla curricular como bandera para lograr el apoyo y respaldo social que es fundamental en estos temas.
Seguramente existen aspectos de esta nueva malla curricular que deberían ser debatidos, por lo cual el sector representante de los maestros del país plantea un congreso nacional de educación, además su lucha esta centrada en aumentar los espacios laborales para los trabajadores de su gremio, especialmente para los nuevos maestros quienes deben competir con otros maestros de años de trayectoria para lograr más horas laborales y por ende mayores ingresos para uno de los sectores menos pagados entre los servidores públicos del país.
Es justa la demanda pero también es justo que el sector demandante mejore el servicio que brindan, que todos sus miembros se capaciten y no solo algunos, es hora que tengamos maestros bilingües como los tienen las escuelas privadas, que sus dirigentes no negocien horas, que no se favorezcan por su condición de dirigentes, que sus organizaciones no adopten su funcionamiento al estilo de los partidos políticos y sus malas mañas, que los maestros no se lleven a tema con los alumnos, que sean conscientes que son funcionarios públicos y que se deben al pueblo que con sus impuestos cubren sus salarios, finalmente es justo pedir que un maestro “master en pedagogía” gane lo que un diputado y que un diputado gane lo que un maestro.
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