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La asamblea legislativa departamental de Tarija en el último tiempo pasó desapercibida, marcada por gestiones indígenamente inertes, en otros casos serviles, condescendientes, mercantilistas, o el rotulo que se le quiera dar a quienes la presidieron en esta última etapa.
La semana que se apresta estará marcada por la elección de la nueva directiva que siempre se caracteriza por quienes: quieren, pueden y quien debería ser.
Quieren: El de la vieja Guardia que siempre quiere, por considerar que el espacio es suyo por tradición.
El disidente o Tránsfuga que emerge desde una provincia con acento Chaqueño pero que lleva la carga de un MALISIMO precedente dejado por el actual presidente, también Chaqueño, quien pese a llevar una gestión marcada por la polémica de la corrupción denunciada, incluso tiene la osadía de querer repetir.
Pueden: Por la pelea entre azulados la opción de ser presidente se amplía bastante, llegando incluso a tener chances alguno de la fuerza minoritaria, todo por disimular que los derecha o izquierda ni se miran, cuando en realidad las reuniones de posibles “acuerdos” ya comenzaron al más alto nivel, involucrando a máximas autoridades ejecutivas y ex ministras.
Quienes deben: Para el bien y mejor prestigio de esta institución, quedo confirmado que la incursión de algún aventurero por más disidente que sea no es para nada la mejor opción. Por otro lado el autoritarismo y la radicalidad nunca lograran consensos.
Por lo cual las mejores opciones se reducen en una dama y un caballero que se mostraron así en su accionar y su comportamiento, logrando empatías incluso de sus propios adversarios políticos.
Finalmente está claro que quien presida debe hablar con Dios e incluso con el diablo para buscar algo bueno para Tarija, que vive postergada al ser gobernada por líderes opositores que son los únicos que ganan al mostrar una imagen de caudillos rebeldes al poder central.
