
La realidad golpea y no tiene piedad. Bolivia, una marcha atrás que EEUU en el AT&T Stadium, no pudo en su estreno, cayó sin atenuantes ante un rival superior, rápido, que pudo haber aumentado el 2-0, pero que al final se fue tranquilo. La conclusión retumba en estos momentos: “Es lo que hay” porque sin una competencia interna fuerte, es imposible mejorar. El único distinto fue Luis Haquin, por temple y por jerarquía, porque después el resto, careció de peso. Le hizo bien a la Verde el ingreso de Rodrigo Ramallo porque con él en cancha, se perdió el miedo por derecha. Pero no bastó, porque no hay rebeldía que achique las diferencia y así Bolivia volvió a sucumbir ante un rival con figuras de primer nivel.