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A más de tres meses del “salto de la muerte”, dos cadetes del Colegio Militar Gualberto Villarroel luchan por recuperar, al menos, parte de la movilidad de sus cuerpos. Mientras Christian López, tras su alta hospitalaria se somete a sesiones diarias de fisioterapia en La Paz, Erland Condori, junto a sus padres, llegó a Santa Cruz en busca de un especialista que le conceda una luz de esperanza para que pueda volver a caminar. Las investigaciones del proceso judicial son más lentas que la recuperación de los dos cadetes. La representante jurídica de las víctimas no ve la mejor predisposición en el Ministerio Público para investigar el caso, a pesar de que falta alrededor de un mes para que concluya la etapa en la que se investiga un solo delito: lesiones graves. No obstante, no descarta solicitar que se amplíe el proceso y la investigación a otros actores y por otros posibles delitos.